Escribo únicamente para no acabar en la cárcel o muerto a causa de una paliza en alguna absurda trifulca, o por sobredosis. Todos mis personajes estarán locos, unos completos maníacos, hasta el más cuerdo de ellos; ¡ése será el peor! Así pues, inicio, inicié esta senda de la literatura para salvarme de mí mismo.
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martes, 30 de septiembre de 2008
Males Domésticos
La vieja aparte de chocha, está loca. Pero cosa curiosa, parece tener una clarividencia más allá de lo normal a la hora de juzgar a la gente, y siempre acierta. Por ejemplo al traerle una amiga a casa y presentársela en seguida sabe de qué categoría social es, si realmente a mi me gusta y yo le gusto a ella y si me conviene. Pero en conjunto es bastante penosa, suele ponerse a llorar cuando piensa en lo desgraciada que ha sido, en que su madre murió joven y no la ayudó a subir a ¡Cinco! hijos, que siempre estuvo en casa cuidando de ellos mientras su marido pasaba el día fuera trabajando ¿Y para que si ya ni se quieren? reniega de las secretarias que tuvo y de lo mucho que le gustan las mujeres, de los sueños a los que tuvo que renunciar para y por los niños mientras Él, pasaba más ratos con sus clientes que con su propia familia, y que cuando ahora con el paso de los años los hijos van a visitarlos y solo hablan con el abuelo, se le revuelve la bilis y todo en ella es corrosivo. Uno de sus problemas es que mezcla realidad y ficción, se adueña de vidas ajenas, de vidas que vio u oyó por televisión, demasiada prensa del corazón. Además, el que sea sorda propicia a que invente, por supuesto se niega a medicarse, y por supuesto se queja de sus males y de los médicos que no saben o no pueden curarla. Hablar con ella es muy complicado, y hacerle entender algo ya es imposible, por tanto ella sigue y sigue rajando y auto-compadeciéndose. Ahora está en una fase de paranoia aguda y cree que la queremos matar. En parte se niega a tomar las medicinas según ella porque nadie le ha explicado bien para que sirven y como funcionan –cosa totalmente falsa, lo que pasa es que en la consulta, al no oír al médico se pierde todo lo que dicen-. Así que se piensa que su marido la quiere matar lentamente con dosis ligeras de veneno día tras día.
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